La población migrante en Chile es una realidad que va en incremento. Según los datos del Censo del 2017, el porcentaje de personas nacidas en el extranjero con respecto a la población nativa del país, aumentó entre 1992 y 2017, de un 0,8% a un 4,4% (INE, 2018).Es importante considerar que estos números muchas veces desconocen la situación de personas migrantes que residen sin documentación legal, y por tanto no responden las preguntas. Igualmente, los datos actuales disponibles dejan suponer que el envejecimiento va a concernir a un grupo cada vez más significativo de personas migrantes en Chile. La siguiente tabla muestra la actual distribución de esta población según edad:
Las condicione migratorias en Chile muestran que, además de contar muchas veces con recursos limitados (el 33% de los migrantes vive en situación de pobreza) (MDS, 2017), estas personas deben enfrentar manifestaciones de racismo y discriminación que pueden afectar su inclusión social (Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), 2017). Sumado a esto, si la presencia de migrantes sobre el territorio nacional es considerada desde la oficialidad como una solución al envejecimiento de la mano de obra en Chile (INE, 2018), la vejez y una eventual jubilación, asociada a una productividad social decreciente, podrían acentuar la marginalización de los/as migrantes mayores.
Si bien el tema de la migración ha sido objeto de numerosos estudios relacionados con la familia y el parentesco (Gonzálvez-Torralbo, 2016), el cruce vejez/migración permanece poco explorado a pesar de sus retos a futuro. Indagar en las experiencias de este grupo visibilizado marginalmente, se hace cada vez más necesario e importante para conocer cómo se configuran sus contextos, desde una perspectiva empírica que tome en cuenta el dinamismo y los cambios en los flujos migratorios. El estudio de este fenómeno podría permitir visulmbrar cómo será la realidad de las próximas décadas (Ávila y Torres, 2013), y proporcionar herramientas para abordar las condiciones de inequidad y discriminación, evitando reproducir visiones estereotipadas de las personas mayores migrantes, y fomentando los espacios de agencia y participación social.