Las experiencias de la población mayor LGTBI+ suelen quedar al margen de los estudios sobre diversidad sexual y de género, siendo un tema bastante invisibilizado. En documentos como el informe sobre derechos humanos y diversidad sexual y de género en Chile (INDH, 2017), no suelen haber referencias al tema de la vejez, lo que refleja un ejemplo del gran desconocimiento que se tiene de la realidad de las personas mayores LGBTI+.
Las trayectorias de quienes envejecen hoy en día siendo parte de este grupo, han estado marcadas, en general, por contextos opresivos: represión, persecución política, religiosa y patologización de sus orientaciones sexuales e identidades de género (Ocampo, 2018). El tema de la vejez se entremezcla con este escenario agregando nuevos factores de discriminación (Rada, 2015) y marginalización. Incluso al interior de colectivos y espacios de activismo LGBTI+ se evidencia la predominancia de participación de personas jóvenes, deviniendo muchas veces en una invisibilización de la vejez por el mismo grupo, además de la sociedad en general (Ocampo, 2018; Rada, 2015).
Este escenario se complejiza aún más cuando nos referimos a las personas trans, cuyas expectativas de vida en Latinoamérica bordean los 35 años, lo que se explica en parte, por la exposición a crímenes de odio, falta de acceso a los servicios de salud, condiciones de vida precarias y marginalización social (Acosta, González y Prieto, 2017). Esto deviene en una gran dificultad para poder tematizar la vejez en este grupo (Rada, 2018). Importantes encuestas nacionales de caracterización sociodemográfica de la vejez sólo consideran las categorías binarias hombre-mujer en sus respuestas. Sin embargo, estudios en la región latinoamericana muestran que existen personas mayores trans cuyas trayectorias muestran la sobrevivencia a situaciones mantenidas de violencia, discriminación y pobreza que hoy se articulan con la vejez de manera particular y, en general, desconocida, por lo que sus voces deben ser visibilizadas (Acosta, González, Prieto, 2017).
En una sociedad donde la homofobia y la transfobia son actitudes vigentes y opresoras a pesar de avances importantes, especialmente en el plano jurídico (Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), 2018), aparece ineludible acercarse a la vivencia de las personas LGBTI+ mayores, reconociendo la diversidad de experiencias (Schultze, 2019). Si bien este grupo ha sido testigo de transformaciones sociales hacia mayores niveles de respeto y presencia pública en la actualidad, el impacto de sus experiencias de rechazo a lo largo de su vida y la posibilidad de vivir una doble discriminación en la vejez, por homo-transfobia y edadismo (Mesquida, Quiroga y Boixadós, 2014) pueden impactar en su acceso a una plena participación social.