Ella es Siria, tiene 65 años y la encontramos caminando de vuelta a su trabajo después de hacer unos mandados. Cuando nos acercamos a hablar con ella nos devolvió una sonrisa y su total disposición; “Yo, como tercera edad, no tengo derecho a nada” fue su primera frase.
Hace 5 años que trabaja en el banco, pero antes de eso fue operaria de máquinas Singer en una empresa de confección de indumentaria. Según nos cuenta el ruido de la maquinaria le ocasionó un problema de audición y por eso ahora debe usar un audífono.
Ella es de ascendencia árabe y gracias a su papá que le enseñó, aprendió a decir los días de la semana en ese idioma. Dice que le gustaría viajar al país de sus antepasados, pero se ríe porque duda de que algún día tenga el dinero suficiente.
Actualmente Siria forma parte de un grupo de mujeres viajeras y está esperando que le den sus vacaciones para poder visitar las termas de Huilo Huilo. Anhela conocer todo el sur de Chile.