María estaba camino al médico cuando nos acercamos para conversar con ella. Tiene 63 años, es de Santiago y nos cuenta que siempre ha sido una persona muy independiente. Su proceso de envejecimiento ha sido grato, pero sí es importante irse haciendo exámenes y cuidarse, para poder llevar una mejor vejez y ser autovalente. Una de las cosas más importantes para ella es “no ser un cacho para los hijos”.
María tiene 2 hijas y 1 hijo, y además 3 nietos quienes tienen entre 3 y 9 años. Disfruta de compartir con ellos porque son muy cariñosos y se saben expresar bien, a pesar de ser pequeños. Dice que está muy orgullosa de sus nietos y de sus hijos, pero que es cierto que los nietos se disfrutan más. Espera que en un futuro su familia siga estando así de unida.
Durante la crisis del Covid-19, María vivió dos pérdidas familiares muy fuertes, primero el fallecimiento de su padre, luego el de su esposo a finales de la pandemia. Nos cuenta que todavía siente un dolor y una tristeza muy grandes, pero que pudo al menos despedirse de ellos. Se quedó con la tranquilidad de que siempre tuvo buena comunicación con su esposo y que le contaba todas las cosas que sentía.
Actualmente vive con su hijo y nos cuenta que en su tiempo libre suele hacer algunos quehaceres del hogar, aunque siempre se le hace corto el día. También tiene una gatita muy cariñosa que es su compañera, que la echa de menos cuando María sale de la casa.