A Jaime lo encontramos en su puesto de trabajo junto a la avenida. Él tiene 73 años y viene de Coronel, pero vive en Santiago desde los 15. Ni bien llegó a la capital comenzó a trabajar lustrando botas, así que conoce muy bien el rubro. Hace once años que está en este lugar, pero siempre trabajó en el centro.
Jaime dice que no es muy bueno para hacerse chequeos médicos y descubrió que tenía diabetes cuando tuvo que hacerse exámenes de orina y de sangre a causa de una parálisis facial que sufrió hace tres años en contexto de pandemia. Pero, asegura, ahora ya está bien.
Nos cuenta que antes era alcohólico, pero hace algunos años se acercó a una iglesia evangélica y como consecuencia dejó todos los vicios. Para él es muy importante tener prácticas de buena alimentación y buenas costumbres para mantener la salud y no envejecer más rápido.
Él pasa el tiempo libre en su casa donde disfruta de hacer el aseo y realizar tareas de mantenimiento del hogar. También se entretiene mirando deportes y programas de televisión en los que puede conocer y aprender sobre diferentes culturas.